Como continuación de mi artículo Corona Economy (o Por qué el Mundo Post Covid-19 será Ciruclar), donde comparto algunas reflexiones sobre la importancia de la economía circular en nuestro mundo post pandemia, dejo con ustedes una breve entrevista que me hizo un importante medio de comunicación nacional sobre este tema y sus implicancias para la minería.
¿Qué características principales tendrá el periodo de recuperación post-pandemia en la minería?
La pandemia ha demostrado la robustez de la industria minera y la importancia que esta actividad tiene para la economía global, particularmente la minería del cobre, que resulta vital para combatir otra de las grandes amenazas que enfrentamos como humanidad: el cambio climático.
La industria minera no solo es clave para la transición hacia una matriz energética limpia ayudando a la descarbonización de nuestro planeta, de hecho se estima se necesitará más de 100 millones de toneladas de cobre solo para paneles solares y turbinas eólicas al 2050, requiriendo un total de hasta 3,5 billones de toneladas de metales y minerales para no superar los 1,75°C al 2100 (Beyond 2 Degree Scenario o B2DS), sino que también para el impulso de tecnologías clave de para la cuarta revolución industrial como la transformación digital y la electromovilidad.
“Se necesitará más de 100 millones de toneladas de cobre solo para paneles solares y turbinas eólicas al 2050”
Los grandes estímulos para la transición hacia una economía verde y recuperación económica post pandemia que están ocurriendo alrededor del mundo no harán más que reforzarán esta tendencia, por lo que la recuperación de la minería deberá estar basada en buscar y desarrollar nuevos modelos de negocio que permitan aumentar su productividad garantizando su continuidad operacional en un mundo cada día más frágil, incierto y volátil donde las catástrofes naturales, alertas sanitarias e inestabilidad social serán cada vez más frecuentes. Al mismo tiempo, la minería se enfrentará a un mercado mucho más exigente, con empresas, organizaciones y ciudadanos más conscientes y empoderados, que privilegiarán el consumo de materiales y recursos naturales 100% trazables y explotados de manera ética y local. Es por esto que la minería post coronavirus se caracterizará por ser verde, inteligente, segura e inclusiva, transitando desde una visión global a una “glocal”, es decir que piensen globalmente pero actúen localmente, reforzando su presencia en los territorios con el fin de garantizar una independencia operacional y un impacto económico, social y ambiental positivo a nivel local.
Cabe recordar que la minería representa el 4% de las emisiones globales, pero las emisiones de su cadena de suministro puede llegar a alcanzar 20 veces más en el actual modelo lineal, global y centralizado, es por esto que los desafíos del covid-19 y el cambio climático puede ser enfrentados al mismo tiempo a través de una nueva estrategia de economía circular e industria 4.0 descentralizada, eficiente y local.
¿Cuáles son los principales problemas que deberá enfrentar la industria minera nacional para recuperarse?
Los principales desafíos serán el generar rápidamente una estrategia de desarrollo local que permita contar con una provisión permanente de mano de obra calificada y profesionales a todo nivel, con el fin de no depender de la conectividad con otras regiones del país. Al mismo tiempo el desarrollar proveedores locales que tengan la capacidad tecnológica para atender las necesidades de la industria y puedan desarrollar nuevos modelos de negocio en el territorio, buscando reducir la incertidumbre y dependencia de la cadena de suministro global.
Actualmente las principales faenas mineras de nuestro país utilizan un gran porcentaje de sus trabajadores y colaboradores de otras regiones fuera de la macrozona norte minera de Chile, lo que, debido a las restricciones de movilidad, ha impactado de manera importante sus operaciones, teniendo que reducir su planta en hasta un 50% en algunos casos. Muchas faenas han tomado la decisión de operar solo con personal local, lo que en muchos casos representa un bajo porcentaje del total. Lo mismo ocurre con los proveedores mineros de equipos y materiales estratégicos que, al estar fuera del territorio e incluso fuera del país, se han visto afectados por el shock que ha sufrido la cadena logística global.
“Las principales faenas mineras de nuestro país utilizan un gran porcentaje de sus trabajadores y colaboradores de otras regiones fuera de la macrozona norte minera de Chile”
Por lo tanto, la crisis del coronavirus ha venido a demostrar la importancia del desarrollo de capital humano local, así como el desarrollo de proveedores a través de modelos de negocio basados en una economía circular e industria 4.0 que permitan garantizar una continuidad operacional de manera eficiente, segura y sustentable. En este sentido, el instalar una nueva visión de “glocalización” resulta más necesario que nunca, promoviendo el desarrollo de industrias 4.0, bajas en carbono y circulares locales pero con presencia y visión global.
Para conseguirlo es necesario generar relaciones comerciales que incentiven a grandes empresas transnacionales a instalarse con verdadera capacidad productiva en las regiones mineras, y al mismo tiempo que empresarios, emprendedores e innovadores nacionales apuesten por la minería y la descentralización de Chile, instalándose en las regiones mineras y no solo en Santiago y alrededores.
Es bueno destacar que las recientes iniciativas de programas de compra local que han llevado adelante algunas compañías mineras han demostrado no solo un positivo efecto en el ecosistema, dinamizando la economía local, sino que ha significado ahorros de hasta un 10% para las propias mineras.
¿Qué rol juega la innovación?
La innovación juega un rol vital pero hoy debe hacerlo dentro del contexto de la economía circular y cuarta revolución industrial, con el fin de darle un propósito que busque el triple beneficio económico, social y ambiental.
“La innovación juega un rol vital pero hoy debe hacerlo dentro del contexto de la economía circular y cuarta revolución industrial”
La innovación y la economía circular son dos caras de la misma moneda: la innovación y el desarrollo tecnológico son clave para generar nuevos modelos de negocio circulares, y la circularidad promueve el desarrollo de tecnologías y soluciones innovadoras. La minería es terreno fértil para innovar, principalmente en un contexto donde las principales empresas mineras están repensando sus estrategias con el fin de convertirse en operaciones más inteligentes, sustentables, inclusivas y seguras.
Esto, junto con el cambio de switch que están experimentando las principales mineras, transitando desde la antigua idea de “licencia social para operar” hacia el nuevo concepto de “valor social”, que más que responsabilidad social y filantropía busca la autosuficiencia y sostenibilidad económica, social y ambiental del territorio dentro del modelo de negocio minero con una mirada de largo plazo, abre las puertas a una nueva oportunidad para el desarrollo industrial 4.0, innovador y circular en estos territorios, permitiendo operaciones mineras más eficientes, confiables y seguras, pero que al mismo tiempo impulsan el crecimiento económico local, la creación de empleos de calidad y la reducción de la huella de carbono.
“La principal característica de la cuarta revolución industrial es el eliminar las fronteras entre el mundo físico, digital y biológico”
Es importante recordar que la principal característica de la cuarta revolución industrial es el eliminar las fronteras entre el mundo físico, digital y biológico a través de nuevas tecnologías; esto unido a los nuevos modelos de negocio basados en economía circular representan grandes oportunidades para la nueva industria minera de siglo XXI.
Con respecto a la pregunta anterior ¿Cuáles serán las tecnologías más relevantes para apoyar a la minería?
Creo que la minería se vería directamente beneficiada por la reindustrilización de Chile pero ahora con un sello 4.0 y circular, permitiendo un triple beneficio económico, social y ambiental.
Es decir, relocalizar y acercar la capacidad productiva y manufacturera, con capacidad de “hacer cosas” de manera local, ofreciendo procesos industriales básicos como fundición de materiales especiales, mecanizado CNC, fabricación aditiva (impresión 3D) y simulación computacional para el diseño y fabricación de equipos y componentes en la macrozona norte minera de Chile.
Pero al mismo tiempo sofisticar la oferta a través de la utilización de tecnologías como el internet de la cosas (IoT) que permite la ampliación del ciclo de vida y servitización de los productos; machine learning e inteligencia artificial (IA), para mejorar y automatizar procesos; robotización, realidad virtual (VR) y realidad aumentada (AR), para mejorando la seguridad de los trabajadores y colaboradores; cloud, edge computing y ciberseguridad para habilitar todo lo anterior; biotecnología, para mejorar extracción, recuperación y control ambiental; y RFID y blockchain, para la trazabilidad de la huella de materiales, agua y carbono.
“La minería se vería directamente beneficiada por la reindustrilización de Chile pero ahora con un sello 4.0 y circular”
En este sentido, la transición desde el uso de combustibles fósiles hacia energías renovables resulta clave, y la minería en Chile ha dado pasos gigantes en esta dirección firmando contratos importantes para la utilización de energías limpias en sus operaciones y avanzando de manera importante en electromovilidad y últimamente en hidrógeno verde.
¿Cuál es el horizonte de tiempo para la consolidación de las tecnologías 4.0 en minería?
La consolidación está ocurriendo en tiempo real y la crisis del covid-19 ha operado como un acelerador de este fenómeno. De hecho, muchos señalan que en los últimos meses se ha avanzado en digitalización lo que se esperaba lograr en 10 años, y se estima que la pandemia provocará una contracción de la cadena de suministro de un 35% y un aumento en la automatización y robotización de las industrias de aproximadamente un 75%.
La minería utiliza actualmente procesos automatizados y tecnologías de punta para desarrollar sus actividades más importantes pero al mismo tiempo cuenta con muchas otras que representan una gran oportunidad de mejora a través de la colaboración con proveedores tecnológicos y manufactureros locales.
“La pandemia provocará una contracción de la cadena de suministro de un 35% y un aumento en la automatización y robotización de las industrias de aproximadamente un 75%”
Esto abre las puertas para incorporar a toda la cadena de proveedores locales que no solo tienen la capacidad de mejorar y optimizar las distintas actividades, sino que ayudar a generar la trazabilidad completa de todo el proceso, como las huellas de materiales, agua y carbono, siendo clave para la transición hacia una minería 4.0, verde y circular.
¿Qué beneficios y riesgos implicará esta cuarta revolución tecnológica?
La cuarta revolución industrial trae beneficios económicos, sociales y ambientales ya que no solo permite la optimización de procesos a través de digitalización, automatización y modelos de negocio basados en economía circular, sino que genera empleos locales de calidad y disminuye la huella de carbono, materiales y agua.
Mucho se habla sobre la potencial destrucción de empleos que la industria 4.0 podría generar; sin embargo esta preocupación ha sido una constante en todo cambio de paradigma tecno-económico que nos ha tocado vivir desde la primera revolución industrial desde comienzos del siglo XIX.
“Entre 1980 y 2015 la incorporación del computador personal destruyó 3,5 millones de empleos a nivel global, pero en el mismo período creó 20 millones de nuevos puestos de trabajo”
Es un hecho que todo cambio tecnológico destruye puestos de trabajo, pero al mismo tiempo crear otros que antes no existían, y la historia demuestra que siempre el balance termina siendo positivo. De hecho entre 1980 y 2015 la incorporación del computador personal destruyó 3,5 millones de empleos a nivel global, pero en el mismo período creó 20 millones de nuevos puestos de trabajo; en esta misma línea una importante consultora considera que al 2030 se podrían destruir hasta 400 millones de empleos, es decir un 15% de la fuerza de trabajo global, pero al mismo tiempo aumentando la demanda de trabajo en 555 a 890 millones de nuevos puestos de trabajo, lo que equivale a un incremento del 21 a 33%; de hecho se estima que aproximadamente el 9% de los empleos en 2030 serán nuevos tipos de trabajo que no existían.
Por lo tanto el gran desafío estará en poder entrenar, actualizar y formar a los nuevos profesionales y trabajadores del futuro que requerirán un set de capacidades, conocimientos y habilidades completamente distinto a los requeridos en el paradigma anterior.
En resumen, el principal riesgo de no subirnos al carro de la cuarta revolución industrial es que esta sea nuestra última oportunidad.
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