En un mundo donde los emprendimientos tecnológicos, las empresas digitales y los unicornios (start-ups valoradas en más de US$ 1.000 millones) generan cada día nuevas y maravillosas historias de éxito, muchas veces resulta poco atractivo hablar sobre industrias maduras y de nicho que sin embargo son fundamentales para el funcionamiento de nuestra sociedad pero que resultan, la mayoría de las veces, poco sexys y terminan siendo prácticamente invisibles para todos nosotros.
¿Por qué estas industrias tan importantes se convierten en invisibles? Siempre he pensando que la responsabilidad es compartida: la economía de la atención naturalmente busca historias interesantes y atractivas que muchas veces no se encuentran en estas industrias maduras; por otro lado, los mismos empresarios y emprendedores que desarrollan estas actividades estratégicas, la mayoría de las veces, no están interesados en contar sus historias o no saben cómo.
Bombas Invisibles
Una industria invisible que conozco muy bien por mi trabajo profesional es el de las bombas centrífugas industriales. Cada vez que presento en mis charlas a nuestra empresa de ingeniería y manufactura Neptuno Pumps, señalo que las bombas centrífugas son tan importantes para nuestra sociedad que, durante los últimos 100 años, han pasado a ser, en cierta manera, “invisibles”. Sin embargo, la realidad es que son el segundo equipo más utilizado en el mundo después de los motores eléctricos; consumen el 10% de la energía del planeta y transportan el 80% del agua en el mundo. En síntesis: las bombas centrífugas definen a nuestra civilización tal como la conocemos.
Naturalmente no muchas personas en el mundo tienen el interés de leer artículos sobre la industria global de las bombas centrífugas como pasatiempo, y justamente por eso quise escribir este texto. Hace poco leí un interesante artículo publicado en la revista internacional Pumps & Systems Magazine que habla justamente de cómo la pandemia del covid-19 está impactando esta industria “invisible” pero estratégica para nuestra sociedad. Creo que la experiencia en la industria de las bombas es un reflejo de lo que distintas industrias invisibles, maduras y de nicho están experimentando y una interesante señal (dentro de todo el ruido) de lo que podemos esperar a nivel global.
Circular, Glocal y 4.0
Para quienes han visto mis últimas charlas sobre economía circular y cuarta revolución circular, notarán que mi visión coincidide plenamente con este artículo en los siguientes puntos: la pandemia demostró la fragilidad de la cadena productiva y logística mundial; el modelo lineal es insostenible (estratégica, económica, social y ambientalmente) y existe la necesidad de acercar estas capacidades productivas a los usuarios finales; debemos dejar atrás el frágil modelo Just in Time (JIT) que ha imperado en los últimos 20 a 30 años y reemplazarlo por una estrategia “antifrágil” de reindustrialización basada en las tecnologías de la industria 4.0 y una economía circular local (también conocida como economía circular 4.0); finalmente, debemos transitar desde un modelo basado en la globalización, donde cada zona geográfica jugaba un rol determinado (principalmente definido por la visión ricardiana de “ventaja comparativa”) hacia uno basado en la “glocalización”, donde sigamos pensando de manera global pero actuando de manera local.
Muchos de estos cambios ya se veían venir desde antes de la llegada del covid-19, pero definitivamente la pandemia resultó ser una especie de catalizador de estos procesos, acelerando la digitalización de prácticamente todas nuestras actividades económicas y sociales, y promoviendo el acercamiento y relocalización de las capacidades productivas a nuestras costas con el fin de reducir la fragilidad de nuestras sociedades y economías frente a catástrofes ambientales, sociales y sanitarias.
Tiempos Interesantes
En una entrevista, el reconocido investigador y autor Yuval Noah Harari señaló que en China existe una antigua maldición popular que dice: “ojalá vivas tiempos interesantes”. Definitivamente entre el 2022 y 2025 viviremos tiempos muy interesantes donde, al mismo tiempo que se supere la pandemia, se sentarán las bases del nuevo modelo económico que se impondrá hasta el 2060 o 2070 aproximadamente.
Como optimista racional creo que independiente de qué nos pase como sociedad, finalmente depende de cada uno de nosotros el ver cómo interpretamos lo que nos ocurre. A mí entender, los “tiempos interesantes” que ya estamos viviendo, pueden ser la mayor oportunidad que tengamos como países, y como planeta, de subirnos al carro de la cuarta revolución industrial y de transitar hacia una economía circular que nos permita generar crecimiento económico sostenible, crear empleos de calidad y combatir el cambio climático.
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