Como continuación de mi artículo Chile y su Transición hacia una Economía Circular, donde comparto algunas reflexiones sobre el avance de la economía circular en Chile, dejo con ustedes una breve entrevista que me hizo un importante medio de comunicación nacional sobre el mismo tema.
¿Cuáles son las principales fallas de la economía lineal y cómo surge la economía circular?
Durante 250 años, desde la primera revolución industrial, nuestra economía ha seguido una lógica lineal, basada en el hacer-usar-desechar, lo que ha motivado a muchas industrias a diseñar productos con ciclos de vida extremadamente acotados, difíciles de desmantelar o reparar, utilizando materiales que no son reciclables y en casos extremos derechamente con obsolescencia programada. Esto quiere decir que, bajo un modelo lineal, los productos están diseñados para convertirse en desechos y lamentablemente mientas antes mejor. Por otro lado, la economía circular busca replicar los ciclos biológicos de la naturaleza –donde no existen desechos- en los ciclos industriales, diseñando y fabricando productos que mantengan en valor de materiales y recursos durante el mayor tiempo posible, que sean fácilmente reparables y que sus materiales sean 100% reciclables. Al mismo tiempo, busca desarrollar nuevos modelos de negocio, basados en tecnología, que permitan transformar el concepto de propiedad por uno de producto-como-servicio, donde el consumidor solo utiliza el producto cuando lo necesita sin necesariamente comprar ese bien, como los diversos ejemplos de movilidad urbana que existen hoy en día.
La economía circular busca replicar los ciclos biológicos de la naturaleza –donde no existen desechos- en los ciclos industriales.
¿Cómo nos beneficia?
La economía circular busca crear un triple impacto: económico, social y ambiental. El modelo circular permite crear nuevos emprendimientos que incorporan y desarrollan tecnologías para mejores productos y servicios; estimula la creación de empleos de calidad a través de procesos industriales altamente tecnificados que requieren de mano de obra calificada y permanente capacitada; finalmente permite desarrollar modelos de negocio que reducen la huella de materiales, agua y carbono, siendo una herramienta efectiva contra el cambio climático. En Chile y América Latina existen muchos ejemplos de emprendimientos circulares que desde que han comenzado a desarrollar un modelo de economía circular, han podido aumentar sus ventas, creando sistemáticamente nuevos puestos de trabajo y reduciendo su huella de carbono en hasta un 90% con procesos como el de reparación y remanufactura.
¿Cómo se habilita un modelo de negocio circular?
Primero el emprendedor debe hacer un análisis completo y exhaustivo de sus procesos de diseño, manufactura y distribución. Siempre decimos que la economía circular comienza en el diseño, por eso es vital analizar qué tan circular es nuestro producto ¿Estamos diseñándolo para que sea fácilmente reparable? ¿Usamos materiales que son reciclables? ¿Puede nuestro producto tener una mayor vida útil o una segunda vida?; luego analizar las etapas de nuestro proceso donde se generar pérdidas o desechos con el fin de minimizarlos ya sea a través de mejoramiento de sus procesos, incorporación o desarrollo de nuevas tecnologías o colaboración con otras empresas o industrias donde nuestro desecho sea considerado como materia prima. Por último, repensar el modelo de negocio cuestionándonos si realmente tiene sentido que nuestro producto sea vendido al cliente o si, alternativamente, podríamos obtener un mayor beneficio económico a través del arriendo del mismo en un modelo de negocio de producto-como-servicio, donde nuestro producto finalmente retornaría a nuestro proceso dándole una segunda vida o reutilizando sus materiales.
La economía circular busca crear un triple impacto: económico, social y ambiental.
¿Cómo ves a Chile en esta materia?
Chile está liderando la transición hacia una economía circular en Latinoamérica y se está transformando en uno de los ejemplos a nivel mundial. Este movimiento comenzó desde las regiones de nuestro país, con casos de éxito de emprendedores que fueron reconocidos nacional e internacionalmente por sus disruptivos modelos de negocio circulares, basados en el uso intensivo de tecnologías propias de la industria 4.0 y por su afán en reducir el impacto de su huella de materiales, agua y carbono. Posteriormente Corfo comenzó a jugar un rol fundamental en el apoyo a estos y nuevos emprendimientos a lo largo de todo Chile con la creación de dos programas de innovación en economía circular que permitió, en un corto período de tiempo, identificar a más de 300 emprendimientos que estaban desarrollando economía circular de alto impacto. Finalmente, la reciente noticia de la creación del primer Centro de Economía Circular de Chile y de Latinoamérica, apoyado por Corfo y por empresas privadas, que estará ubicado en la ciudad de Iquique, en la región de Tarapacá, es la demostración máxima de que Chile se está convirtiendo en líder de la transición hacia una economía circular a nivel global.
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